
Su singularidad artística marca la diferencia a nivel continental con las otras nueve casonas más representativas de Trujillo
Considerada por diversos historiadores de arte contemporáneo por su majestuosa fachada polícroma como la única casa virreinal de América Latina; la Casa Ganoza-Chopitea, guarda en su interior la nobleza que vivió a finales del siglo XVIII y el toque colonial que hasta hoy destilan añejas historias, transportándonos a épocas memorables de la historia liberteña hasta el último conflicto por poseerla entre el ex presidente regional Homero Burgos y su actual propietario, Luis Deza Sánchez.
Popularmente conocida como “La casa de Los Leones”, debido a la representación pictórica de dos felinos en su fachada, -sin duda el rasgo más característico- muestran además, la ferocidad de sus pinturas y adornos de estilo rococó, que han sabido soportar el tiempo, claro, sin dejar de lado las innumerables restauraciones a las que fue sometida en diferentes épocas y con diversos propietarios.
Un poco de historia. La Casa Ganoza-Chopitea tuvo como primer propietario a doña Teresa Ramírez de Laredo, al fallecer fue vendida en construcción al matrimonio Flores Samamé, quienes a su vez dejaron a su hija Ángela como única propietaria, quien posteriormente cedió la casa a la orden religiosa de los Padres Franciscanos, finalmente el inmueble fue vendido a la familia Ganoza, quienes años más tarde vendieron el inmueble al Banco Industrial del Perú.
Y fue esta entidad pública que en 1983 organizó en sus instalaciones la Primera Bienal de Arte Contemporáneo realizada en nuestro país. Pero así como buenas noticias hay malas, en diciembre de 2005 cuando los funcionaros del Gobierno Regional se rehusaban a abandonar la propiedad privada, ocurrió lo peor que le puede pasar a un edificio de esta envergadura; un incendio, el que deterioró aún más la estructura colonial, y que el ente responsable INC no supo como actuar frente al agravio de otra institución estatal.
Colorido arte. Los techos artesanados de madera en sus 10 salones cuentan con pinturas murales que imitando azulejos decoran la estancia, además de un mural, que es más antiguo y que puede corresponder en época y estilo al del frontón de la misma fachada. Por otro lado, el mural mas reciente que cubre el intermedio esta compuesto por una sucesión de esferas en dos líneas gruesas siendo su único color el gris, las pinturas intermedias perfectamente consolidadas y restauradas dan a la casona y a la calle una prestancia única en el continente.
En el interior se puede apreciar la exuberante policromática de flores, motivos de caza en siena y gris, almohadillado rectangular y atractivas cenefas que adornan el zaguán y el patio principal. Bella es también la decoración del Pórtico con sus bases ornamentales barrocas, banda de flores rojas y frontón curvo. Finalmente el encanto se colma con las pinturas murales, que imitando azulejos, decoran las estancias interiores, en ellos predominan azules de Prusia, rojos, verdes, ocres, y amarillos.
En relación al litigio con el ex presidente regional y cómo se hizo de la casona Ganoza, Deza Sánchez afirma que simplemente fue un capricho de Burgos, quien creía sentirse respaldado por su cargo y sus “compañeros” en distintas dependencias estatales. Finalmente quedó claro que la venta fue totalmente legítima, resultado de una subasta pública, la he comprado en la tercera oportunidad y ahora tengo la responsabilidad moral de contribuir a que mi ciudad sea emblema de la cultura y el arte en el Perú.
“Toda la belleza y el valor histórico, artístico es develado cuando el Banco Industrial del Perú adquirió la Casa Ganoza en Octubre de 1973, procediendo de inmediato a su restauración bajo la supervisión del Instituto Nacional de Cultura”, señala Luis Deza Sánchez, quien además indicó que la casona está abierta al público en general de lunes a viernes de 9:15 a.m. a 12:30 p.m.
Popularmente conocida como “La casa de Los Leones”, debido a la representación pictórica de dos felinos en su fachada, -sin duda el rasgo más característico- muestran además, la ferocidad de sus pinturas y adornos de estilo rococó, que han sabido soportar el tiempo, claro, sin dejar de lado las innumerables restauraciones a las que fue sometida en diferentes épocas y con diversos propietarios.
Un poco de historia. La Casa Ganoza-Chopitea tuvo como primer propietario a doña Teresa Ramírez de Laredo, al fallecer fue vendida en construcción al matrimonio Flores Samamé, quienes a su vez dejaron a su hija Ángela como única propietaria, quien posteriormente cedió la casa a la orden religiosa de los Padres Franciscanos, finalmente el inmueble fue vendido a la familia Ganoza, quienes años más tarde vendieron el inmueble al Banco Industrial del Perú.
Y fue esta entidad pública que en 1983 organizó en sus instalaciones la Primera Bienal de Arte Contemporáneo realizada en nuestro país. Pero así como buenas noticias hay malas, en diciembre de 2005 cuando los funcionaros del Gobierno Regional se rehusaban a abandonar la propiedad privada, ocurrió lo peor que le puede pasar a un edificio de esta envergadura; un incendio, el que deterioró aún más la estructura colonial, y que el ente responsable INC no supo como actuar frente al agravio de otra institución estatal.
Colorido arte. Los techos artesanados de madera en sus 10 salones cuentan con pinturas murales que imitando azulejos decoran la estancia, además de un mural, que es más antiguo y que puede corresponder en época y estilo al del frontón de la misma fachada. Por otro lado, el mural mas reciente que cubre el intermedio esta compuesto por una sucesión de esferas en dos líneas gruesas siendo su único color el gris, las pinturas intermedias perfectamente consolidadas y restauradas dan a la casona y a la calle una prestancia única en el continente.
En el interior se puede apreciar la exuberante policromática de flores, motivos de caza en siena y gris, almohadillado rectangular y atractivas cenefas que adornan el zaguán y el patio principal. Bella es también la decoración del Pórtico con sus bases ornamentales barrocas, banda de flores rojas y frontón curvo. Finalmente el encanto se colma con las pinturas murales, que imitando azulejos, decoran las estancias interiores, en ellos predominan azules de Prusia, rojos, verdes, ocres, y amarillos.
En relación al litigio con el ex presidente regional y cómo se hizo de la casona Ganoza, Deza Sánchez afirma que simplemente fue un capricho de Burgos, quien creía sentirse respaldado por su cargo y sus “compañeros” en distintas dependencias estatales. Finalmente quedó claro que la venta fue totalmente legítima, resultado de una subasta pública, la he comprado en la tercera oportunidad y ahora tengo la responsabilidad moral de contribuir a que mi ciudad sea emblema de la cultura y el arte en el Perú.
“Toda la belleza y el valor histórico, artístico es develado cuando el Banco Industrial del Perú adquirió la Casa Ganoza en Octubre de 1973, procediendo de inmediato a su restauración bajo la supervisión del Instituto Nacional de Cultura”, señala Luis Deza Sánchez, quien además indicó que la casona está abierta al público en general de lunes a viernes de 9:15 a.m. a 12:30 p.m.